¡Yooo… soy rebelde…!

Lo susurraba Jeanette hace varias décadas. Lo cantan con más caña los argentinos de Attaque 77 en estos últimos años.

El diario e inevitable descenso de España a los infiernos -del que queda mucho camino por recorrer- precisa, implora, obliga a la rebeldía inteligente, a la insumisión civil.

Siempre y cuando:
– De verdad se quiera torcer el rumbo.
– De verdad se tome conciencia de que por esta senda esperan muchas décadas de pobreza.
– De verdad se asuma de que las salidas individuales no conducen más que a un callejón que acaba en un muro más alto que el de Juego de Tronos.
– De verdad se comprenda que sin un cambio profundo el futuro será irremediablemente peor.

Y porque está demostrado que ante el avance desenfrenado del Poder:
– No bastan las manifestaciones.
– No alcanza con cortar durante un rato calles y avenidas.
– No sirven de mucho las huelgas generales de 24 hrs. que solo lavan la cara de quienes las convocan.

No queda más remedio entonces, para tratar de salvar lo que va quedando en pie del único momento de la Historia de la Humanidad en el que las personas trabajadoras hemos conseguido tener derechos para alcanzar una vida digna, que apelar a la inteligencia. Y rebelarse. Todas y todos, casi sin excepción.

Porque, qué pasaría si todas y todos…
– Provocáramos apagones programados, crecientes y generales cada semana.
– Apagásemos los teléfonos móviles (y no utilizáramos los fijos más que en casos de extrema necesidad) durante horas señaladas y crecientes al menos una vez a la semana.
– Apagásemos los televisores en prime time.
– Promoviésemos demandas ante cada derecho conculcado hasta saturar los Juzgados.
– Dejásemos de pagar impuestos sobrevalorados e injustos, como el de basuras, el IBI, el de matriculación de vehículos, el encubierto en la ITV…
– Dejáramos de pagar de manera generalizada los parquímetros.
– Nos negásemos a dar nuestra información de renta en las farmacias.
– Volviésemos a pagar y cobrar en efectivo, los sueldos, las compras, las facturas, todo… para evitar las comisiones abusivas de los bancos.
– …

Qué pasaría si cada uno en su función les dijéramos a nuestros jefes que…
– Nos negamos a tramitar expedientes de desahucios.
– Nos negamos a reprimir a los manifestantes en las calles.
– Nos negamos a reproducir los discursos manipuladores de políticos y economistas en los medios de comunicación.
– Nos negamos a dejar de tratar a enfermos que no estén cotizando en la Seguridad Social.
– Nos negamos a inscribir a nuestros hijos en colegios concertados o de pago.
– Nos negamos a abrir los centros comerciales, las grandes superficies y las tiendas en domingo.
– …

Ninguno de estos gestos es imposible. Ninguno depende más que de nuestras propias y respectivas voluntades. De nuestras propias y respectivas conciencias, para a partir de aquí comenzar a construir casi desde cero una realidad diferente, más justa y más solidaria.

Claro, se me olvidaba un detalle. Faltan pocos días para que empiece agosto. Y en España, salvo la crisis, los estafadores y los corruptos, casi nadie se preocupa por lo que pueda ocurrir en agosto.
Si hasta las huelgas «lavacaras» se posponen para septiembre.

Muchachos de Attaque 77, tienen un mes más para seguir cantando…

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