A estas horas, todavía es 11-S en Chile y en el resto de Sudamérica. Todavía es nuestro 11-S, el del Sur, el que nos duele de verdad aunque ya hayan pasado 29 años, porque se llevó la ilusión de un continente distinto y la vida de un hombre cabal, íntegro, y de un político de los imprescindibles, de los que ahora ya no quedan. Y por favor, que no se malinterprete, el 11-S del Norte también nos sacude el alma. Pero para los que nacimos allá en el Sur y ya tenemos nuestros años, cada 11 de Septiembre solo tiene un nombre y un apellido: Salvador Allende.