– Me pone un par de zanahorias para el domingo por favor.
– ¡Cómo no! ¿Las prefiere centradas a partir de la fila 8 o laterales en las 7 primeras?
Parece un diálogo de besugos, pero es totalmente posible en Bescanó, pequeño pueblo de 4.600 habitantes en la provincia de Girona. La explicación es sencilla. Como el 1º de septiembre el IVA aplicado a la cultura subió del 8 al 21%, mientras que el de las frutas, vegetales y hortalizas se mantuvo en el 4%, las autoridades locales acordaron con un comerciante del pueblo vender zanahorias en la puerta del Teatro Municipal, y con cada una de ellas, regalar una entrada para la función. De esa manera, y sin incumplir ninguna normativa, han logrado mantener intacto el precio de las localidades.
La argucia -que podría hacer escuela y repetirse en otras actividades culturales del resto del país- es imaginativa y en principio suena graciosa, pero en el fondo es un acto de desobediencia civil en toda regla… y muy efectivo.
Aunque le cabe una crítica. El precio de cada zanahoria es de 15 € en taquilla y de 13 € en venta anticipada por internet, ¡lo que convierte a las zanahorias de Bescanó en las más caras de España! Un auténtico robo…