FORTALEZA
Como ya comenté en alguna otra ocasión, para días de portadas opacas siempre queda el refugio de La Razón. Con mejor o peor gusto, no cabe otra que aceptar que hablamos de un diario que busca siempre darle una vuelta a la realidad para transmitir el mensaje deseado. Porque sus portadas, más que información, son precisamente eso: un compendio de mensajes más o menos encriptados.
El de hoy está muy claro: ante el run-run permanente de flaqueza gubernamental, nada mejor que una señal de fortaleza, aunque sea traída por los pelos. Y si además se acompaña del toque sexista de unas piernas femeninas con medias caladas, ¿qué más puede pedir la conservadora audiencia del periódico del Grupo Planeta?