Crónicas sudamericanas

«O culebrón mais visto do mondo» amenaza el sistema eléctrico brasileño

Brasil se encuentra en estado de convulsión. ¿Está pendiente de la segunda vuelta en las elecciones de Sao Paulo? No. ¿La policía incursionó en otra favela en busca de algún jefe narco? No. ¿Descubrieron un nuevo caso de corrupción? No. ¿Se suspende el Carnaval de 2013? No.

Lo que sucede es que hoy, viernes 19 de octubre, TV O Globo emitirá en el horario central de la noche el último capítulo de Avenida Brasil. Y todo el país está a la espera del desenlace de este culebrón (o “novela”, como se la llama en Sudamérica) que los atrapó a lo largo de 179 entregas.

Pero la entrega final de la serie tiene una derivación sorprendente: en el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) están preocupados por lo que pueda ocurrir a partir de las 22, momento en que termine la emisión. Porque es allí cuando se produce lo que en Brasil llaman “rampa de carga”, es decir, el aumento súbito del consumo de electricidad provocado por el retorno de los televidentes a sus actividades: uso de neveras, encendido de luces, baños (en Brasil las duchas son eléctricas), etc. Para muestra basta con ver lo que pasó al finalizar el capítulo 169 de Avenida Brasil, en el cual se desveló la verdad de la trama. La energía eléctrica pasó de 65.000 Mw a 69.000. Un salto de 4.000 Mw que equivale al doble de la capacidad de generación de las usinas nucleares de Angra Do Reis, en Río de Janeiro. El aumento fue del 5%, superando al capítulo final de Passione, que hasta el momento había sido la más vista en el país del samba.

El ONS, por las dudas, ya ordenó generar energía adicional para que no falte electricidad cuando los televidentes se despeguen de sus pantallas.

El secreto que logra paralizar a un país durante una hora de lunes a sábado se encuentra en una trama que refleja el cambio social que se vive en el Brasil actual. Para Ivana Bentes, investigadora en la Escuela de Comunicación de UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro), es “la novela de la movilidad post Lula”, y destaca el cambio de papeles de los personajes. Algunos que provienen del basural se tornan personas sofisticadas; y otros que también subieron de clase, ya no gustan de los pobres.

Es que el dinero en Brasil ha ido cambiando de manos y el poder adquisitivo de las personas que viven en los suburbios es cada vez más alto. El país que emerge de esta nueva situación es retratado por el autor de la serie, Joao Emmanuel Carneiro(42 años), con una combinación perfecta de realismo, humor y drama.

Carminha y Tufao

Los principales personajes de la trama son los nuevos ricos de la familia de Tufao, un ex futbolista que triunfó en Flamengo y en la selección de Brasil, interpretado por Murilo Benício, pero que es engañado y traicionado sistemáticamente por su esposa Carminha, una ex prostituta con rasgos de psicópata, interpretada por la actriz Adriana Esteves. La historia transcurre en una mansión de El Divino, un barrio ficticio de la periferia de Río de Janeiro, donde Tufao nació, creció y se hizo futbolista.

A diferencia de otras producciones de O Globo que suelen transcurrir en barrios acomodados de Río y Sao Paulo, y que presenta la periferia sólo como un foco de violencia y pobreza, Avenida Brasil muestra la otra cara de los barrios populares.  Allí vive también gente de éxito, como futbolistas y empresarios, que a pesar de la nueva posición lograda no reniegan de sus orígenes. A esta realidad se suman todos los ingredientes de un culebrón: traición, muerte, venganza, acción y amor.

50 millones de televidentes esperan ansiosos el final. Esta noche vivirán, como dicen en Brasil, un verdadero “show de bola”.

Jorge Ricci

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