Con más o menos gracia, la sutileza dice presente muchas veces en los mensajes que envían los editores desde las portadas de periódicos. En algunos casos, la intención subyacente es notable. En otros, deja espacios para la duda.
Hoy tenemos dos buenos ejemplos al respecto. Uno, el más evidente, lo da La Vanguardia. En medio de la enorme polvareda que levanta la reforma educativa propuesta desde Moncloa, el informe de ayer de la OCDE que deja muy mal parada a la educación primaria en España cayó como anillo al dedo. Entonces, sin necesidad de vincularlo de manera expresa con la polémica, lo hace dándole la mayor de las relevancias al tema.
Lo del ABC, edición de Sevilla, queda menos claro, e incluso es muy posible que ni siquiera haya sido a conciencia. Pero la foto elegida para ilustrar la cabecera, con cinco personajes mirando cada uno hacia un lado diferente, todos con la misma cara de pasmados, deja entrever una sutileza latente, intrínseca.
¿O habrá que pensar que también es mala uva?