Las portadas, un día sí y otro también, son un goteo interminable de malas nuevas, mezcla de recortes y protestas por los mismos. Hoy no es ninguna excepción, de norte a sur y de este a oeste del país. Solo el acuerdo de los nacionalistas catalanes rompe la dinámica.
Bueno. No solo. El Diario Montañés, en Santander, también se escapa de la norma general con un titular que sorprende. Porque esta vez, la cabecera que elijo no gana su espacio ni por su creatividad ni por su capacidad de impacto. Tampoco por esconder segundos mensajes o contener fallos clamorosos. Ni siquiera porque las noticias estén bien conjuntadas.
Simplemente, me llamó la atención porque al hablar de construcción y ladrillos parece pertenecer a otra época, a otros años. ¿O será que la espita para volver a hinchar la burbuja estaba guardada en Cantabria?