A partir de 2013, las empresas distribuidoras de refrescos tipo Coca-Cola pagarán en Cataluña un impuesto por exceso de azúcares. Stop. También allí, las empresas que regentan centrales nucleares abonarán un impuesto por sus residuos. Stop. Y cada avión que despegue de un aeropuerto catalán pagará un impuesto ambiental. Stop. Asimismo, se recargará el impuesto a los grandes patrimonios. Y serán más quienes estén exentos de abonar el “euro por receta”. Stop. No. No es que Artur Mas se haya vuelto loco. Son las exigencias de Esquerra Republicana, su nuevo socio en el Gobierno. Sí, los mismos que impulsan la independencia, pero que además son republicanos y de izquierdas. Stop. Dice Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid que “no hay que dejarse engañar por el ruido”. Miren ustedes por dónde quizás tenga algo de razón.