Generalmente, los grandes titulares y las fotos de mayor tamaño son las que captan la atención del lector cuando pasa por el kiosco. Una mirada rápida, y hasta la propia ubicación de los periódicos, impide detenerse en aquellas otras noticias que se reseñan de manera escueta en la periferia de las portadas. Esas que en el periodismo se suelen denominar como «píldoras», «pastillas» o «breves».
Sin embargo, ahí suelen esconderse historias jugosas, a veces disparatadas, e incluso erratas groseras o construcciones sintácticas absurdas, forzadas por el espacio limitado y la necesidad de contar mucho con pocos caracteres (el célebre «6 líneas de 3» que, dicen, originó el «The old man and the sea», de Hemingway).
La Voz de Galicia hoy enseña un buen ejemplo de todo lo que cabe en una columna de «breves». Alcaldes que mueren por la pasta -con mensaje subliminal incluido-, un extraño caso de maltrato de género a la inversa, un comunista del PP, las denuncias de robo en la catedral de Santiago (sospechoso que hayan elegido los robos en lugar del sexo también denunciado en este caso), y un delegado que defiende a Defensa.
De todo como en botica, pero interesante para demostrar que las «píldoras» tienen mucho que decir, por mínimas que parezcan.