Escucho el murmullo del aire a través de mi ventana, la misma desde la cual intento ver el mundo y reflejarlo en este blog, y recuerdo a un amigo fotógrafo que me enseñó a retratar el viento. Porque aunque en el primer momento suene absurdo, es posible hacerlo. No directamente, claro, pero sí a través de sus juegos y sus efectos.
Los vientos, que barren la tarde madrileña y que ojalá no sean solo invernales, sino de cambios, me sirven este viernes para darle la bienvenida a la pausa.
¡Feliz fin de semana!