Los días festivos, si uno no se va de viaje, brindan la oportunidad de hacer cosas que en otro momento no hay tiempo de realizar. Algunas, absolutamente intrascendentes, como la que viene a continuación.
El Francia-España del martes pasado me dejó en la memoria la jugada del supuesto penalty de Lloris a Pedro que el arbitró no sancionó, y que en definitiva no incidió en el resultado del partido. Como me suele ocurrir bastante a menudo, mi opinión desde el inicio iba a contramano de la mayoría: había algo en la acción que no me cerraba. Incluso llegué a tuitearlo y hubo quién me dijo que tirarse es una conducta habitual del jugador del Barça.
No vi más repeticiones esa noche, tampoco ayer durante buena parte del día. Pero hoy me puse a hacer un análisis de la jugada cuadro a cuadro, imagen a imagen (ignoro sinceramente si en algún programa televisivo lo han hecho ya, supongo que sí), y la tecnología me descubrió una curiosidad sorprendente, que quiero compartir.
Según lo que pareció a primera vista, hubo falta del portero a Pedro, y en consecuencia, también tarjeta roja para Lloris. Veamos. Estudiemos primero estas dos imágenes.
Aquí se ve cómo, mucho antes de que se produzca el choque de la rodilla del portero con la pierna de Pedro, el delantero canario tiene el pie izquierdo hundido en el césped y lo va arrastrando. Cualquiera que alguna vez haya corrido el autobús o el metro sabe que para correr hay que levantar los pies y no arrastrarlos, y mucho menos con la punta hundida en el suelo.
Una tercera imagen, desde otra cámara, enseña incluso algo más: la rodilla de Lloris todavía no impactó con la pierna de Pedro, y el centro de gravedad del delantero ya descendió lo suficiente (ver rodilla izquierda muy flexionada).
Es decir, Pedro realiza un gesto para provocar el choque, o dicho de otra manera, se va tirando antes de que Lloris le toque. Este movimiento de arrastre del pie, supuestamente, es lo que debió ver el árbitro para pensar que no era falta, y por lo tanto, no sancionar el penalty.
Hasta aquí está claro, pero el verdadero hallazgo es otro. Miremos ahora lo que había ocurrido un segundo antes de todo lo anterior: