Con media España en alerta por el desbordamiento de ríos y embalses, consecuencia del marzo más lluvioso de las últimas décadas, es lógico que un alto número de cabeceras estén dedicadas a enseñar el nivel que alcanzan las aguas en cada provincia, en cada municipio.
En ese sentido, quizás la más gráfica sea la del Ideal, en su edición de Jaén, que si bien no escapa de la típica imagen de una inundación, ofrece un tono dramático, en este caso aumentado por la proximidad.
Pero el título del post va por otro lado. Y tiene que ver con la portada del Levante, en Valencia, que resulta muy, pero muy curiosa. Relaciona una foto de la Guardia Civil actuando a raíz de un crimen en un área rural con el que consideran desigual reparto de subvenciones para el campo entre diferentes comunidades autónomas. No eligen un momento al azar para hacerlo. Lo hacen cuando el Gobierno nacional ha puesto sobre la mesa la posibilidad de cambiar el tipo de financiación de las autonomías, amenaza con castigos a aquellas que incumplan las pautas de déficit (y los valencianos son de los más incumplidores) y habla de relajar las obligaciones de Cataluña.
Es decir, una manera como cualquier otra de alentar el regionalismo, que es como el nacionalismo en un espacio más reducido, pero logra la misma meta: enfrentar y dividir, tal vez el mejor modo de estar cada vez con el agua más al cuello.