Murió José Luis Sampedro. Stop. Un hombre preclaro, intenso en sus emociones e inmenso en su lucidez. Stop. Una voz tremendamente necesaria -una de las que más- en estos tiempos confusos. Stop. La lucha, la reivindicación, la denuncia seguirán su camino aun sin su presencia. Incluso como un homenaje. Stop. Pero al menos durante un tiempo no será lo mismo. Nos faltará su guía. Stop. Al menos durante un tiempo, nos hemos quedado huérfanos.
Me duele todo, desde la punta del alma hasta la punta de los pies. Era algo inevitable, pero no me puedo hacer a la idea de que ya no le podremos ver de vez en cuando asomarse a la pantalla y decirnos unas cuantas verdades, de ésas incontestables a los que nos tenía acostumbrados. Hoy me costará más seguir viviendo, pero tendremos que continuar su tarea, es el único homenaje a su medida.
«El tiempo no es oro, el tiempo es vida». Siempre nos quedarán sus libros, sus escritos y sus lecciones.