La Portada del Día: Desinformados

¿Qué pasó realmente ayer en el Camp Nou?

Sí, Barcelona y Real Madrid, o Messi y Cristiano Ronaldo que viene a ser lo mismo, empataron 2-2 en un partido vibrante. Hasta ahí, todo correcto.

Pero, ¿y en las gradas? ¿Qué ocurrió? Mirando las portadas de los periódicos es imposible descifrarlo. Traigo aquí apenas dos ejemplos, pero la diversidad de interpretaciones es asombrosa. Según El Mundo, el estadio fue una especie de caldera reivindicativa. Y en esa línea se ubican varios diarios andaluces, El Periódico de Catalunya y algunos otros. La Nueva España, en cambio, afirma que el fútbol le ganó a la política, lo mismo que de algún modo hacen La Razón, ABC, La Vanguardia y otros tantos que se remiten al resultado, el trámite del partido y la tabla de posiciones.

Con un tema tan sensible sobre la mesa, la diferencia de apreciaciones es llamativa, y demuestra cómo el manejo de la información puede tomar caminos casi opuestos a partir de un mismo hecho. Porque la realidad es que hubo ambas cosas, reivindicación y fútbol, pero NO competían entre sí. Sin embargo, la elección del foco sobre una de ellas automáticamente busca inclinar la balanza, la percepción y las conclusiones del lector.

¿Manipulación? Seamos generosos por ser lunes. Vamos a dejarlo en desinformación.

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Ganó el Barça, perdió Messi

A poco de finalizar el primer tiempo del partido que ayer acabó con el triunfo por 2 a 0 del Barcelona sobre el Granada, una imagen me hizo ruido: Messi echándole una bronca monumental a Villa por no devolverle la pelota de primera. No es la primera vez que Leo Messi recrimina a un compañero de forma airada, ya lo había hecho en otras ocasiones con Tello y con el propio Villa.

No soy ingenuo, he jugado al fútbol (bastante) y sé que estas broncas son más habituales de lo que puede creerse, pero también sé que estas situaciones sólo generan problemas. En primer lugar, si los actores no son amigos, ya nunca lo serán; y en segundo término, el jugador que ha sido recriminado tendrá más inseguridad la próxima vez que tenga que decidir en una acción similar del juego.

Echo de menos al primer Messi, al que aún no se había consagrado como el mejor futbolista del mundo (aunque lo fuera y nadie lo supiera). Dirán que estoy loco, cómo puedo criticar al jugador que lleva anotados 63 goles en este 2012, pero el Messi que extraño es el que colaboraba más con el equipo, y desde luego, el que no recriminaba ante todo un Camp Nou (donde lo pueden ver unos “pocos” 90.000 espectadores) a un compañero que incluso está volviendo de una lesión grave, que lo tuvo inactivo durante 8 meses. Y que no es un compañero cualquiera, sino el goleador del último Mundial. De un líder espero otros gestos: apoyo al que se equivoca y fundamentalmente respaldo para quien decide no darle la pelota a él, porque todas las jugadas no pueden terminar en Messi, aunque el genial futbolista argentino no lo pueda creer.

No creo que a ese vestuario le haya agradado el cruce de palabras y gestos entre los cracks. Por eso, aunque el Barça haya ganado, el equipo ha perdido, porque esos momentos sólo generan tensión, y si bien se sabe que en cualquier grupo no son todos amigos, vigilantear* a un compañero es lo peor de un futbolista, lo hemos visto infinitas veces en otros jugadores. Por supuesto, ellos no han sido ni son ejemplos, pero Messi es admirado por millones de niños que deben imitarlo a regatear rivales, y no a recriminar compañeros sólo por saberse el mejor.

Ignacio Mosteirín

*Vigilantear: en la jerga de Buenos Aires significa denunciar ante la gente a una persona. Viene de la palabra vigilante, que es como se conoce al policía en los barrios porteños.