Sonrisas y lágrimas en el Comercio Justo

La pasada semana, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo dio a conocer las cifras de venta en España durante 2011. Y los datos trajeron noticias buenas… y de las otras.

En el platillo positivo de la balanza se apoyan las cifras totales, que hablan de un incremento de un 16,8% en el importe de las ventas, que alcanzaron los 26 millones de euros. Incluso a pesar de la crisis y el descenso de facturación en herbolarios y establecimientos ecológicos, que han sido sustituidos por supermecados y sistemas de vending.

Pero también hay un platillo negativo, y es la gran diferencia existente entre los productos alimenticios y las artesanías. Mientras los primeros subieron un 27% hasta representar el 88% de las ventas; los segundos cayeron un 16%, perjudicando de manera directa a muchos artesanos de América Latina, África y Asia que en buena medida dependen de estas ventas para sobrevivir.

Y en el balance general, la situación se repite. España ha cuadriplicado la venta de productos de Comercio Justo desde 2008, pero continúa muy lejos de los promedios europeos, con un gasto anual medio por habitante de 0,55 euros. En Suiza, ese gasto es de 29 euros al año; en Gran Bretaña de 24 y en Francia o Alemania es hasta diez veces mayor que entre nosotros.

Habrá que seguir insistiendo que el Comercio Justo es mucho más que una alternativa económica, y que su objetivo es conseguir el desarrollo en pueblos con difíciles condiciones de vida. Los productos que llegan a las tiendas tienen la garantía de haber sido elaborados en condiciones sociales y medioambientales óptimas; los trabajadores que participan en dicha elaboración cobran salarios dignos y no existe ningún tipo de explotación. Y además, se basan en criterios de sostenibilidad.

Vale la pena intentar escalar en este ranking europeo, por más crisis que haya.

 

Anuncio publicitario

Comercio justo: más alto, más fuerte, más lejos

Además de las medallas y los triunfos de los deportistas, los Juegos Olímpicos de Londres 2012 van a dejar para la historia otro récord, en este caso fácil de batir, si se pone interés en ello: nunca antes, los atletas habían dispuesto de tantos alimentos provenientes del Comercio Justo en el comedor de la Villa Olímpica.

Comedor de la Villa Olímpica en Londres 2012. Foto: EFE y AP

El café, el té y el chocolate en su totalidad; los plátanos, las naranjas y el vino de manera parcial llevan el sello Fairtrade, que garantiza la procedencia de los productos.

Tampoco es de extrañar. Gran Bretaña es el país líder en venta de artículos de Comercio Justo, que en 2011 superó la barrera de los 1.500 millones de euros, un 12% más que el año anterior. El crecimiento es equivalente al registrado a nivel mundial, donde el Comercio Justo ya mueve en torno a los 4.800 millones de euros anuales. Las medallas y diplomas en este caso se las reparten, además de los británicos, Estados Unidos, Suiza, Canadá, Francia o Alemania. España, lamentablemente, está muy lejos de estas cantidades, con apenas 15 millones de euros en 2010.

El desafío ahora será para Río de Janeiro 2016, un excelente lugar para seguir incrementado la presencia del Comercio Justo en el mejor de los escaparates posibles.

Fuente: Ignasi Carreras, Director del Instituto de Innovación Social de ESADE
La Vanguardia