Un viejo tango que hizo famoso el cantante Alberto Castillo, invita en su estribillo a que «…siga el baile, siga el baile, al compás del tamboril…». La letra bien puede aplicarse a la realidad española, sobre todo después de echar un vistazo a las portadas del día.
Veamos. Por un lado, tenemos a Isabel Pantoja, su pseudosentencia que la deja justo en las puertas de la cárcel, pero del lado de afuera, y su desmayo callejero (podría haberse desmayado dentro, cuando le leyeron la condena, pero ahí no habría foto, ¿por qué seré tan mal pensado?). Aunque para completar el folklore, nada como asociar la noticia a la Feria de Sevilla, y así tenemos el panorama completo, tal como lo presenta El Correo de Andalucía.
Pero en realidad me refería a otro baile, el de la corrupción y el cachondeo a costa del dinero público, que además de la pareja Muñoz-Pantoja tiene otros protagonistas. Hoy el tema va de dietas. En Navarra, según cuenta Diario de Noticias, los imputados en el caso de la CAN dicen y se desdicen, inculpándose unos a otros. Esta vez le toca al ex Consejero de Economía borrar con el codo lo que afirmó con la mano.
Aunque el premio mayor se lo llevan los diputados autonómicos aragoneses del PP y el PAR. Basta con mirar el titular del Heraldo de Aragón para saber de qué va la historia, de quién se ríe esta gente y qué es lo que de verdad les importa.
«¡Siga el baile, siga el baile!…»