Las Portadas del Día: Las cien caras de Cospedal

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En un día como hoy, donde se hace necesario medir los gestos, las palabras y los enfoques para entender los mensajes que cada diario quiere transmitir a sus lectores, elegir una única portada resulta absolutamente imposible.

El estallido del caso Bárcenas y las explicaciones que intentó dar María Dolores de Cospedal copan las cabeceras de casi todos los periódicos españoles. El «casi» es porque, curiosamente, ni un solo diario de Castilla y León, Galicia, Ceuta y Melilla, regiones gobernadas con mano férrea por el PP, publican fotos de la Secretaria General del partido en sus aperturas. Ni tampoco El Mundo, que cuando lanzó la primicia de los pagos en negro a dirigentes del PP se ocupó expresamente de dejarla bien parada y fuera del «negocio».

Pero el resto sí. Y hay para todos los gustos. La foto de EFE elegida por La Vanguardia, relativamente neutral aunque con un toque que sugiere preocupación y hasta derrota (ojos caídos, cabeza gacha) es la más repetida de la geografía nacional. Levante eligió mostrar una Cospedal a la defensiva, con las palmas de las manos hacia adelante, como frenando la avalancha que se le viene encima. La Verdad, en sus distintas ediciones, muestra a la dirigente con la cara girada, como quien no quiere ver o acaba de recibir un cachetazo. ABC y La Razón, en cambio, la enseñan de frente y con los ojos bien abiertos, una imagen que sugiere firmeza en la lucha, aunque con un matiz: el diario del Grupo Vocento prefiere un gesto con boca entreabierta, acorde a un titular que habla de dudas. Y El País, el generador del zafarrancho, apunta a una Cospedal mordiéndose el labio inferior, como diciendo «hemos logrado ponerte nerviosa».

Sinceramente, debería haber más días como hoy, porque molan, y brindan lecciones prácticas y condensadas de periodismo con un solo vistazo.

Que siga el baile…

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La Portada del Día (x3): Noticias viejas

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Hoy por hoy, nada representa un mayor desafío para los responsables de los periódicos que montar una apertura con una noticia «vieja». Ocurrió hace algunas semanas, en ocasión del primer debate entre Obama y Romney en Estados Unidos, y vuelve a ocurrir hoy.

La tragedia del Madrid Arena, en la madrugada del miércoles al jueves, tuvo ayer una amplia cobertura en los medios digitales y audiovisuales, pero los diarios no habían llegado a publicar ni una sola línea en sus ediciones de papel, y la noticia había que darla hoy, más de 24 horas después del suceso. ¿Cómo resolverlo?

A la vista de los resultados, con éxito relativo. En Madrid, solo La Razón se distingue con una foto diferente a la del resto de periódicos (no es habitual, pero El País, ABC, El Mundo, La Gaceta y hasta 20 Minutos llevan la misma imagen), y si bien sus portadas no pueden calificarse de malas tampoco saben encontrar el punto exacto, teniendo en cuenta el momento en el que le llega a sus lectores.

Fuera de la capital, en cambio, se encuentran algunos ejemplos más acertados, a mi modesto entender. Es el caso de La Vanguardia, que apunta hacia el futuro de las macrofiestas; o de La Verdad, en sus ediciones de Murcia, Albacete y Cartagena, que no apela al morbo de la avalancha sino al dolor en el velatorio, que es en realidad lo más reciente.También es buena la mirada del malagueño Sur, que une el suceso del Arena con los ocurridos en la provincia durante la más tétrica de las noches de Halloween.

Y es que no todos están capacitados para afrontar el difícil desafío de pensar.

La Portada del Día

VALORES ALTERADOS

La portada de La Verdad de Alicante quizás no sea nada extraordinaria. En definitiva, el «caso PGOU» no se diferencia en exceso de las múltiples corruptelas relacionadas a la especulación urbanística que se han sucedido a lo largo y ancho de España en los últimos años.

Pero nos enseña en primera plana cómo esta sociedad ha cambiado la valoración de sus actos, sin tomar medidas al respecto, tomando con naturalidad que una alcaldesa se exculpe de una serie de delitos por simple prescripción. Es decir que de manera tácita acepta que los ha cometido, pero como no la pillaron a tiempo…

Lo grave que transmite la portada no es, entiendo, el hecho en sí -que también- sino sus consecuencias. ¿Por qué una sociedad asume sin despeinarse seguir comandada por alguien que se confiesa ladrón? ¿No cabría, como mínimo, una separación del cargo hasta tanto se aclarasen los hechos?

Los valores se nos han alterado, y de cara al futuro es lo más grave que nos puede suceder. Esa sí que es La Verdad…