Un Papa contra la rebeldía de Latinoamérica

Bien. Ya ha pasado el primer momento, el de la sorpresa, el de la incredulidad. Digamos la verdad, para quienes nacimos allá abajo, cerca del fin del mundo, la mera posibilidad de que un compatriota llegase a ser Papa sonó siempre a chiste. Y tal vez por eso, las reacciones iniciales fueron más chistosas que otra cosa: desde la confirmación de que Dios es argentino a la relación con Maradona o Messi. Pero superado el sacudón de la noticia es tiempo de reflexionar un poco y preguntarse los porqués de esta elección.

Jorge Mario Bergoglio, Francisco I

Jorge Mario Bergoglio, Francisco I

Jorge Mario Bergoglio no fue designado Papa ni por su habilidad para regatear rivales en el área vaticana ni por repartir hostias con dulce de leche. Y las razones que explican los votos de los obispos muy posiblemente se encuentren bastante lejos de los muros del Estado pontificio.

Nunca hasta la fecha, Roma había mirado hacia otro continente que no fuese Europa para dirigir los designios de uno de los mayores poderes que existen en el planeta: fáctico por su influencia y real por su voluminoso peso económico. Incluso fue difícil que mirara fuera de Italia. Lo hizo no casualmente cuando el capitalismo decidió emprender la batalla final de la Guerra Fría, y Karol Wojtyla se convirtió en la punta de lanza para socavar los ya por entonces temblorosos cimientos al Este de Berlín.

Joseph Ratzinger quiso ser, sin éxito, una repetición de la jugada. Un representante del país hegemónico en Europa, elegido justo un par de años antes del estallido de todas las burbujas y de que el Occidente desarrollado se precipitase en una crisis profunda y todavía sin final a la vista.

Manifestación antiimperialista en Venezuela

Manifestación antiimperialista en Venezuela

Bergoglio es la tercera cucharada de la misma medicina. Latinoamérica es actualmente el continente más contestatario contra el discurso único y el sistema monopólico que gobierna el mundo. Con más o menos lucidez, más o menos apoyo y más o menos populismo y soberbia, es en Latinoamérica donde se libra una batalla que no llega, ni mucho menos, a ser revolucionaria, pero al menos no es dócil ni condescendiente con los poderes que han dirigido los hilos de la humanidad desde los tiempos coloniales hasta la fecha.

Desde Brasil a Nicaragua, pasando por Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay y por supuesto Cuba, la última década ha visto el nacimiento de un movimiento político cuyos aciertos y desatinos solo podrá valorarse con perspectiva suficiente dentro de algunos años, pero que sin dudas ha encendido las alarmas entre los dueños del pastel. Ahí está Venezuela, manejando su petróleo a su antojo; Bolivia, Ecuador o Argentina expropiando empresas a las corporaciones del Primer Mundo; Cuba sin ceder a las presiones; Brasil haciéndose fuerte y convirtiéndose en una voz de primer orden en todos los foros internacionales…

Latinoamérica es hoy el continente díscolo, al que hay que domar antes que sea demasiado tarde y acabe privilegiando acuerdos con chinos, indios o turcos antes que con norteamericanos y europeos. El continente donde todavía las inversiones en dólares y euros se contabilizan en centenares de millones, y a las que hay que brindar una cobertura adecuada.

Latinoamérica hoy, y desde la mirada conservadora del neoliberalismo rampante, es «un peligro». Y allí va entonces el lobby más poderoso e influyente que pueda existir, a practicar su trabajo de toda la vida, el que viene ejerciendo desde hace 2.000 años con el mayor de los cinismos y la más impecable de las eficiencias.

Allí va Bergoglio, digno representante de la Iglesia más retrógrada del continente, a intentar la reconducción de una feligresía que se le ha dispersado entre el seguimiento a pastores evangelistas y el alineamiento fervoroso detrás de políticos populares y populistas. Allí va Bergoglio, con antecedentes tan poco recomendables como los de Ratzinger, para ponerse del lado de los que siempre fueron clase dominante y apoyarles en la recuperación del poder perdido.

Se avecinan tiempos complicados para Latinoamérica. Y ni siquiera se puede pedir que Dios la ayude. Quizás sería mejor probar con Buda…

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La Foto del Viernes: Salto al infinito

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Salto del ÁngelSalto del Ángel, el más alto del mundo, en el Auyan Tepuy del Parque Nacional Canaima, Estado de Bolívar.

El agua brota del interior de la piedra, su energía inunda el paisaje. Y entonces vuela, desde un rincón de Venezuela casi hasta el infinito…

La Portada del Día: Desmoronamientos

Venezuela continúa ocupando el primer plano en las portadas de los diarios españoles, con fotos que unánimemente ilustran la multitudinaria despedida en las calles de Caracas al presidente Hugo Chávez, pero con titulares muy dispares. Están los que se ciñen a narrar el hecho, pero abundan los que quieren adivinar el futuro político del país, y ahí las aguas se dividen entre los análisis más o menos neutros y los que dejan escapar sus anhelos, que a este lado del charco coinciden en un cambio radical de rumbo.

opinion_tenerife.750 3En ese sentido, nada más maniqueo que la cabecera de La Opinión de Tenerife. Su titular parece objetivo, ya que habla de lo que piensan chavistas y antichavistas. Pero como suele ocurrir, en la letra pequeña está la trampa: ahí solo hablan residentes venezolanos en Canarias contrarios al pensamiento del líder fallecido.

Pero al margen del tema Chávez pasaron otras cosas. Y aunque no fue fácil encontrarlas, el Diario de Mallorca ofrece la más llamativa. El desmoronamiento de unas rocas es la foto que manda, pero el título es otro, y trata de la todavía posible imputación de la Infanta Cristina en el juicio por el caso Nóos.

La posible relación entre ambas noticias corre por cuenta de cada cual. Pero como se puede ver, en todas partes hay gente con deseos de que determinadas cosas se vengan definitivamente abajo…

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