La Entrevista del Lunes: Dr. Juan Carlos Izpisua

Especialista en Biología del Desarrollo y Medicina Regenerativa

No hay encuesta que lo certifique, pero es muy probable que si se invita a nombrar a
los veinte españoles con mayor trascendencia internacional nadie, o casi nadie, incluirá
en la lista a Juan Carlos Izpisua Belmonte. Y sin embargo, allí debería aparecer quien es una de las mayores eminencias científicas en el mundo de la biología del desarrollo y de la medicina regenerativa. Catedrático en el Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de La Jolla, California; y Director desde 2004 del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, pocas personas acumulan más saberes sobre células madre, terapia génica o envejecimiento y regeneración de tejidos, temas de los que todo el mundo ha oído hablar, por lo general sin conocer muy bien de qué se trata…

Dr. Juan Carlos Izpisua Belmonte

Dr. Juan Carlos Izpisua Belmonte

Células madre, terapia génica… Hace años que esto suena como una panacea pero su aplicación práctica se hace esperar, ¿en qué punto del proceso nos encontramos? Hay varias vías terapéuticas que en la actualidad se están evaluando clínicamente y que es probable sean las primeras en implementarse. Me refiero al trasplante de células madre o incluso la reprogramación de células in vivo, por ejemplo para reponer tejidos perdidos durante el envejecimiento o debido a un accidente; o para tratar enfermedades cardiovasculares o problemas visuales. Y por otro lado está la terapia génica, es decir, relativa a las enfermedades genéticas, que también podrían tratarse con la ayuda de células madre. Pero, por supuesto, antes de su aplicación generalizada cualquiera de estas técnicas debe someterse a extensos estudios que evalúen su seguridad.

Para dejarlo claro: el núcleo central de todos estos tratamientos es regenerar células o tejidos que por la razón que sea no funcionan bien, ¿es así? En efecto. De hecho, la utilización de organismos capaces de regenerarse por sí solos
nos está permitiendo dilucidar qué rutas moleculares están involucradas en esos mecanismos. El siguiente paso, activar procesos regenerativos en células humanas, nos llevará en el futuro a evitar los trasplantes. Para la aplicación en humanos quizá sea más fácil imitar o mimetizar lo que hace la madre naturaleza que inventarnos nuevas estrategias.

¿Y ya sabemos por qué determinados vertebrados, como las lagartijas, pueden regenerar por completo parte de sus cuerpos y otros no? ¿Es genética, es magia? No creo que existan genes mágicos que sean capaces de favorecer la regeneración de determinados animales. Los genes, en esencia, son los mismos. La diferencia radica en cómo un organismo u otro regulan su expresión tras la pérdida de función celular. Entender el porqué y el cómo de ese proceso nos permitirá inducir la regeneración en humanos.

Hemos hablado de trasplante, de reprogramación… ¿Y la manipulación genética? Manipular genéticamente con fines terapéuticos las células madre, ya sean adultas, embrionarias o de pluripotencia inducida (iPS), continúa siendo uno de los grandes objetivos de la investigación biomédica mundial.

Pero sucede que… …El problema de las ediciones o correcciones genéticas es, en general, una eficiencia muy baja y unos efectos secundarios que pueden llevar a nuevas mutaciones. Recientemente, nuestro grupo de investigación ha descrito una nueva herramienta que establece un precedente para el futuro desarrollo de terapias celulares basadas en la edición y corrección de genes mutados. Servirá tanto para uso terapéutico como para el estudio de enfermedades y el descubrimiento de nuevos fármacos, pero habrá que estudiarla en profundidad antes de que pueda aplicarse con seguridad.

Células de anemia de Fanconi modificadas genéticamente

Células de anemia de Fanconi modificadas genéticamente

¿Los debates éticos en relación al uso de células madres embrionarias los da por superados o cabe esperar un retroceso o un recrudecimiento al respecto? Yo  desarrollo mi trabajo con células madre en Estados Unidos y en España. En el ámbito ético-legal, el contraste es muy llamativo. Aquí, en España, como en otros países europeos, los dilemas éticos están superados: es lo que pide la sociedad. En Estados Unidos los parones llegan de nuevo, en un momento en que las células madre embrionarias están empezando a dar resultados muy relevantes para la biomedicina, avances importantes para desarrollar tratamientos contra algunas enfermedades hoy incurables. Por suerte, las técnicas de reprogramación evitan la mayor parte de estos problemas pues no requieren la manipulación de embriones.

Volvamos a los mecanismos de regeneración. ¿Cuándo se conozcan a fondo habrá que desarrollar un tratamiento para cada enfermedad? ¿O una célula madre cardíaca, por ejemplo, estará capacitada para corregir cualquier defecto del corazón? Sí y no. Digamos que las células madre tienen distintos grados de potencia. Así, una célula madre cardíaca más primitiva puede generar tanto músculo cardíaco como liso, o vasos sanguíneos; en cambio, un “progenitor cardíaco” más definido estaría más restringido en su capacidad para generar distintos tipos celulares. Y después tenemos las de pluripotencia inducida [un tipo de célula madre artifi cial, con potencialidad para diferenciarse en la mayoría de los tejidos], que brindan la posibilidad de tener en el laboratorio modelos celulares de determinadas enfermedades, y gracias a ellos, establecer en el futuro terapias personalizadas.

Cada frase del doctor Izpisua nos traslada a un mundo casi de ficción, donde un hígado con cirrosis se reproduce sano por sí mismo, o el Alzheimer pasa a ser un mal recuerdo. Pero no hay nadie más cualificado que este manchego de Hellín, donde existe un Instituto de Educación Secundaria que lleva su nombre, para hablar sobre el tema. Por algo, y entre otros halagos, ha recibido el William Clinton Award al mejor investigador en su campo.

Nunca seremos inmortales pero, ¿hasta dónde podremos estirar nuestras vidas?
Responder esta pregunta es aún complicado. Las investigaciones nos están permitiendo descubrir algunas piezas clave del puzle, pero sabemos muy poco y tenemos que seguir trabajando para conocer los mecanismos biológicos del envejecimiento.

¿Esos años extra incluirán también la calidad de vida?
Sí, esa es sin dudas la previsión más optimista. Quizás la meta no sea tanto estirar nuestras vidas sino tener lo que llamamos “un envejecimiento saludable”, de forma que
aun haciéndonos mayores nuestro organismo sea totalmente operativo, previniendo o
paliando las enfermedades ligadas.

JC Lab¿Un científico piensa en las cuestiones derivadas de sus investigaciones, como el hecho de tener una sociedad más longeva, o solo le mueve el afán por conocer? Para un investigador es tan motivador el hecho de conocer cada vez un poco más como la aplicación de esos conocimientos. No considero que en ciencia existan cuestiones anexas o complementarias.

En su caso, el afán por conocer pareciera que se mueve hacia atrás, hacia lo más básico, ¿dónde está el límite, si es que existe? Desde mi punto de vista no existe ese límite. Descubrir los mecanismos básicos que llevan a las células madre a tener esa capacidad de autorrenovación y de plasticidad es uno de los objetivos del grupo de investigación que dirijo. Y aún existen muchos interrogantes que resolver en materia de regeneración y terapia génica celular.

El límite tal vez lo establezca el dinero que se invierte en investigación. ¿Cómo considera en ese sentido las reducciones presupuestarias que se están produciendo en España? Soy  muy consciente de la situación de nuestro país, pero aún así sigo pensando que la inversión en investigación biomédica ha demostrado una y otra vez que ayuda curar enfermedades y salvar vidas. Las reducciones presupuestarias están mermando esta posibilidad porque afectan tanto a las investigaciones actuales como a las futuras, a nuestra salud y a la salud de las generaciones venideras.

Por cierto, ¿siente usted que las Humanidades avanzan a la par de las Ciencias o
van a diferentes velocidades? Para mí son dos disciplinas ligadas históricamente, dado que la ciencia pretende resolver las dudas o enigmas desde el punto de vista del hombre. No sería lícito desarrollar una por encima de la otra, más bien al contrario. Ambas deberían avanzar en paralelo para promover el conocimiento.

Rodolfo Chisleanschi
(Entrevista publicada en la revista Azul Marino, número 70)

La Entrevista del Lunes: Carlos Doblado, asesor financiero

Hoy vamos a entrar en un mundillo generalmente poco conocido, y en estos tiempos, muy mal visto. Porque Carlos Doblado es, a sus 38 años, el director de Ágora Asesores Financieros-EAFI. Es decir, uno de esos señores que desde sus ordenadores compran y venden acciones, bonos, divisas y demás productos que están en el ojo mismo del huracán de la crisis. O lo que es lo mismo, uno de esos señores que participa del “mercado”, de la especulación financiera, de ese universo que desde afuera se aprecia sórdido y al cual los políticos culpan de todos los males.

Carlos Doblado 3Debo preguntárselo de entrada, para salir de dudas: ¿es usted una mala persona? Yo soy un especulador. Me ciño a las reglas, sigo la ley, no utilizo información que no se puede utilizar. En definitiva, no hago nada malo.

Pero digamos que la palabra especulador no tiene muy buena prensa… No. Porque en este momento todo el mundo de la banca y la inversión está bajo sospecha, ya que han ocurrido una serie de cosas que no deberían haber pasado. Pero la especulación como tal no es mala, sino todo lo contrario. De hecho, está demostradísimo que en los mercados donde hay especulación se consigue mayor eficiencia en la asignación de los precios y los recursos.

Es decir, que todos estamos equivocados. Es un mito, como tantos otros que hay en la vida y a los que la gente les gusta creer, como que hay manos negras que manipulan. Con eso se consigue decir que “la culpa no es mía, es que yo no soy un paquete, es que me roban”. Los mismos gobiernos tienen mucha culpa, porque se han servido siempre de la mano negra y la especulación para justificar todos sus desastres y responsabilizar de ellos a los mercados, a los que por otra parte tienen que acudir. Pues bueno, ahora la culpa es de los especuladores, porque como el especulador no es nadie, queda muy bien.

Vamos, que me está diciendo que ustedes nunca han roto un plato. La especulación es algo normal, sano, siempre que se atenga a la ley y se respeten las normas de juego. La gente creo que se confunde y asocia la palabra especulación con cuestiones que no son muy ciertas. Vayamos a su etimología. ¿Qué es especular? Intentar beneficiarse del futuro, y eso lo hacemos todos los días, todas las personas a todas horas y en todas las actividades. Pero en realidad tiene muchas acepciones, y elucubrar es una de ellas. Un especulador en definitiva lo que hace es utilizar sus conocimientos para gestionar lo mejor posible sus ahorros.

¿Cuál es la distinción entre especular e invertir? No me gusta demasiado la diferencia entre especulación e inversión. Si a mí alguien me cuenta que un señor monta una fábrica porque quiere hacer cosas bonitas y que el mundo sea mejor, y que dentro de 50 años un invento suyo se venda en todo el mundo y la gente recuerde su nombre, pues no me lo creo. Ese señor lo que quiere es ganar dinero. Está especulando, está invirtiendo algo a más largo plazo. Los especuladores utilizan otro tipo de inercias, a más corto plazo, de energías que existen y que forman parte del engranaje económico. No veo nada negativo.

Pero ese señor pertenece a una economía real, su fábrica produce algo, ¿qué produce la economía especulativa? Una mejor eficiencia de los recursos. Los especuladores están tomando riesgos que otras personas no quieren tomar. Por ejemplo, para que alguien haga un seguro tiene que haber otra persona dispuesta a tomar ese riesgo y asegurar. Si no existe una posición bajista no se puede hacer una cobertura, y sin una cobertura solo queda vender.

Ahí ya me he perdido. Usted tiene un fondo de inversión que replica el comportamiento del Ibex 35 y no quiere venderlo porque no quiere pagar impuestos, que por cierto, es economía real. ¿Qué puede hacer? Vender un futuro sobre el Ibex 35. Ahí no estará especulando sino cubriendo o neutralizando su riesgo. Pero tiene que haber alguien que quiera comprar ese contrato que usted quiere vender, es decir, un especulador. Eso pasa con las divisas, con los bonos, con todo. Los especuladores permiten que los recursos se asignen mejor, que la actividad sea más eficiente y disminuyan los riesgos. De hecho, los mercados con derivados, con más especulación, son menos volátiles. Y eso también es economía real. Claro que alrededor hay pura especulación financiera, nadie lo puede negar. Alguien me podrá decir: “usted no aporta valor y solo se está aprovechando de un engranaje que existe”. Pues incluso así se aporta algo, porque ese dinero en el mercado está generando liquidez. Y un mercado más líquido es más fiable, menos volátil, más eficiente y más eficaz para la economía real que está detrás. No está tan claro que la economía especulativa no aporte nada.

… Hasta que toda la maquinaria se prostituye, claro. Mire, esta crisis empezó el día que Caín mató a Abel o en algún punto por ahí. Está en la naturaleza humana. Los productos no son peligrosos. Peligrosas son las personas que utilizan los productos. El problema nace porque el ser humano es moralmente sospechoso, y hay muchas cosas de nosotros que son muy animales, porque tenemos necesidades a veces irracionales que probablemente en otro momento o en otro tiempo nos reprocharíamos a nosotros mismos. Hay un instante en que alguna persona decide que ganar dinero a costa de lo que sea es legítimo. Y cuando se producen cientos de miles de decisiones parecidas, todo se viene abajo porque existe demasiada corrupción moral.

¿Y eso cuándo se produjo? Es difícil decirlo. ¿Quién era responsable de la venta de una subprime? ¿El trader que estaba vendiendo una hipoteca a sabiendas que no era correcta? ¿El político americano que sabía que estaba permitiéndose ese negocio a través de un sistema que sirve para comprar votos? ¿El hecho de que alguien que no tiene recursos se hipoteque para comprar una casa que no puede pagar? ¿O la que está corrupta es directamente la persona que vota a ese político que sabe que va a permitir un sistema en donde le darán una hipoteca fácilmente, y luego si la puede pagar bien, y si no la puede pagar, también? Cada uno se puede corromper a su nivel. Pero para mí, de arriba a abajo todos estamos corruptos, y me incluyo. Es un trabajo de todos los días sobreponerse a esa corrupción que es sustancial al hecho de ser humano. Porque ser humano es querer más, y eso es peligroso, porque salvo que te controles te lleva a la corrupción.

Hablando de esto, ¿se ha notado en la inversión el estallido de corrupción de las últimas semanas en España? Se nota en el comportamiento de los mercados. Vuelve a haber tensión en la prima de riesgo, un contagio entre Italia y España… Los mercados son vasos comunicantes. Hay gestores y traders muy rápidos que en un momento determinado dicen que esto no puede ser bueno, y juegan la carta de vender un país y comprar otro, especulando que una de las dos áreas será castigada por el mercado porque es más incierto, y eso afecta a corto plazo. A medio y largo plazo ya es más difícil saberlo. La economía es una ciencia social, no natural, una aproximación a la realidad, un intento de explicar y prever en base al pasado y a algunas cuestiones más o menos racionales. Pero no mucho más.

Carlos Doblado 2Quienes sigan la prensa económica posiblemente conozcan a Carlos Doblado, un estudioso del mercado especializado en análisis técnico, que participa a diario en Ecotrader, un servicio que brindan a medias Ágora y la web del diario El Economista. Pero además, porque ha colaborado en muchos medios y guarda un contacto con el público que le hace conocer de primera mano el perfil de quien decide invertir, o especular, en productos bursátiles.

¿Por qué alguien que tenga un poco de dinero puede sentirse tentado a meterse en la Bolsa? Porque es fácil (de practicar, no de ganar), se hace por teléfono o por internet. Y además, es la única actividad en la que en tiempo real uno sabe lo que vale su inversión, si va bien o mal. Esto lo convierte en muy adictivo, te va a animando o desanimando, porque estimula partes de tu humanidad. También canaliza la ludopatía de la gente. Hay mucho de juego –no para mí, pero sí para quien lo hace desde casa-; fíjese si no el crecimiento brutal que está teniendo el juego por internet. Y tampoco exige el todo o nada. Una persona puede estar equivocándose durante mucho tiempo, haciéndolo mal, y sigue en la partida. Y por fin, porque tiene un lado glamuroso. A la gente le parece más decente decir que ha ganado con acciones que con cualquier otra cuestión.

¿Quien decide jugar se plantea qué significa comprar acciones de una empresa? ¿Alguien se lo cuestiona?

El pequeño inversor desde luego no, porque no llega a sentirse parte de esa empresa, ya que sabe que lo que le pertenece es muy poco, y su único objetivo es ganar dinero. Le da igual Repsol que Telefónica, no comprende el negocio. Yo mismo no lo comprendo porque no es mi trabajo. Me dedico al trading de mercado, a las finanzas conductuales y me da absolutamente igual una empresa que otra. Muchas veces estoy trabajando con activos que ni sé lo que son, ni necesito saberlo. Mi labor consiste en gestionar dinero, pero para mi forma de acercarme al mercado saber dónde está es lo de menos. Otros inversores, los más grandes, sí tienen esa preocupación y forma parte de su actividad central. No me imagino a un Warren Buffett haciendo lo mismo que yo hago.

Es decir, y por poner un ejemplo, que quien le da al botoncito desde su casa para comprar cien acciones de Inditex, que en principio es una empresa con una actividad “neutra”, no piensa en las denuncias que tiene por emplear mano de obra barata o infantil en otros países… Puede haber alguien que lo piense. Hay personas con una conciencia social muy potente. Pero en general no, y ya digo que me incluyo. Creo que es casi un trabajo más de los consumidores, que deberían decidir no consumir un producto de una empresa que haga una u otra cosa; no es para nada una tarea de quien debe canalizar unos ahorros que en mi caso ni siquiera son míos sino de otras personas. Nuestro único mandato es: “hazlo subir”.

Y eso entiendo que es independiente de las crisis. Ya que estamos, ¿la actual cuándo se termina? No soy economista y no creo que los propios economistas lo sepan. Pero como siempre, acabará sin que nos demos cuenta. El mundo habrá generado unos cimientos nuevos que iniciarán un nuevo ciclo, y cuando llevemos unos años de economía expansiva entonces de repente todos diremos: “Uh, qué bien, se terminó, felicidades, ya podemos volver a corrompernos”. Y empezaremos otra vez a jugar a la patata caliente, hasta la siguiente crisis.

¿No se puede esperar un cambio más profundo? Hay movimientos que parecen empezar a producirlo… ¿Habrá un mercado diferente en un futuro no muy lejano? La historia no se repite pero el ser humano sí. Yo no he visto otra cosa que no sea el capitalismo. Y el capitalismo viene de muy, muy atrás.

Venecia en el siglo XVI

Venecia en el siglo XVI

Los fenicios ya lo practicaban de alguna manera; no una economía financiera a este nivel, pero sí capitalismo. Hace 300 años en Japón ya había contratos de futuros. Y lo que hoy consideramos el grado máximo de especulación, el mercado de derivados, ya existía en Venecia hace cientos de años. Son cosas que van y vienen en función de los tiempos y de la preocupación de los políticos de castigarlos más o menos, pero siempre subyace el deseo humano de progresar más rápido de lo que le permite su fútil y corta existencia. Pensar que pueda producirse un cambio con los precedentes que hay me parece poco razonable.

Pero esta crisis es más grave que las anteriores. No estoy de acuerdo. Quizás sí en España desde hace muchas décadas, y en el mundo occidental desde los años 70. Pero nos olvidamos de algo que forma parte de esta crisis y de lo que no se habla. Hoy el mundo es más justo de lo que nunca fue, porque jamás hubo una clase media tan potente, y nunca hubo tanta gente consumiendo o que pueda tener recursos. A los que tienen conciencia social en Occidente se les suele olvidar que esta ha venido pagándose durante décadas gracias a [la explotación de] lugares del mundo donde no había crecimiento, ni clase media, ni consumo, y solo servían para que nosotros viviéramos mejor de lo que teóricamente deberíamos vivir. Buena parte del paro que hay en Europa actualmente viene dado porque se está produciendo un desplazamiento de la riqueza hacia otras naciones, y estamos perdiendo clase media, masa muscular, porque la están ganando otros países. Pero eso no nos hace gracia, y a los de izquierdas tampoco. No se acuerdan de eso. Cuando hablamos de los derechos de los trabajadores, solo nos referimos a los trabajadores españoles. Si en otros lugares del mundo se fabrican productos para que nosotros vivamos mejor, como antes hablábamos de Inditex, eso a la gente común le importa poco. ¿Realmente se está produciendo un cambio? No. Lo que ocurre es que en Occidente, por primera vez en mucho tiempo, estamos viviendo peor de lo que vivió la generación anterior, y posiblemente la que siga vivirá aún peor, y eso escuece, preocupa y está generando un rechazo.

En cierta manera parece lógico que así sea. Sí, pero me pregunto si lo ven igual en la India, en China, en Malasia, en Singapur, en Latinoamérica… No creo que estén muy de acuerdo en pensar que estamos en una gran crisis o en creer que el sistema no les está aportando algo que les aportaba hace 20 años o antes de que estallase la subprime. Lo que esta crisis ha puesto sobre la mesa son las deficiencias del sistema occidental, asentado en el crédito y en un estilo de vida que entre otras cosas se basaba en que otros lugares del mundo pagaban para que aquí pudiéramos endeudarnos. Mire, los economistas durante mucho tiempo no consiguieron explicarse porqué Occidente se financiaba a unos tipos de interés tan bajos comparados con los que tenían otros países con economías igual de sólidas. Pues resulta que existía la creencia de que nosotros éramos mucho más solventes y más sólidos, y eso permitía un sistema del que al final nos beneficiábamos todos, porque todos queríamos conseguir crédito barato. Hoy no es así, y esos países que nos creían solventes ya no están dispuestos a dejarnos el dinero a nosotros sino a otros que han ido ganando en credibilidad. Esto ha dislocado nuestro sistema financiero, tenemos problemas para crecer, para financiarnos, tenemos más paro. ¿Qué hay detrás de todo esto? Una mejoría de los demás. Pero claro, eso no nos gusta.

Si vamos hacia un mayor equilibrio en teoría no está mal. Resta por ver cómo progresa el nivel de vida en otras partes del planeta… Son desafíos que cada país deberá resolver. Pero hoy el mundo ofrece oportunidades a naciones que hace diez años no las tenían, y nosotros hemos perdido esa ventaja competitiva, y tendremos que trabajar más por menos. China, arrozY debemos tener en cuenta una realidad: hay otras personas en el mundo dispuestas a hacerlo, y que compiten con nosotros en el mercado. No podemos ir con nuestra legislación laboral a decirles que no trabajen diez horas al día si ellos quieren hacerlo. Los chinos, y los asiáticos, han crecido alrededor de la cultura del arroz, y el arroz cuanto más lo trabajas más produce. En cambio, el mundo occidental está desarrollado en base a la cultura del barbecho, a dejar que la tierra descanse para que el cultivo vuelva a germinar. Entonces, culturalmente, tú quieres descanso porque sabes que es sano y es bueno, y está en nuestro inconsciente colectivo. Sin embargo, en Asia no lo ven así, se sienten mejor trabajando más, y no podemos pretender cambiarlo.

Según esta mirada no queda mucho margen de maniobra. La única forma de acabar con esto es liquidar la economía global, volver a encerrarnos. Así, en Occidente viviremos de una manera y ellos en Asia, de otra. Pero eso acarrearía problemas por los dos lados. Se avecina un tiempo de fricción, un tiempo duro, más largo de lo que se sospechaba y que no nos va a devolver al mundo que conocimos hace una década. Dudo mucho que volvamos a ver clases medias tan potentes como las que conocimos antes de la crisis. Habrá gente que genere valor y gente que no; y quien no lo genere difícilmente podrá ser clase media.

Termino volviendo al principio, ¿es posible revertir la mala prensa que hoy en día tiene el mundo de las finanzas? Es posible porque depende de los que trabajamos en las finanzas. Pero desde luego necesitaríamos leyes duras contra las personas que hacen determinado tipo de cosas. Hay quienes tendrían que estar en la cárcel y no lo están. Se les ha indultado después de haber sido juzgados y condenados. Lo primero que hay que hacer es no votar más a quien ha montado este sistema, y a partir de ahí, intentar reconstruirlo. Pero la solución está en cada uno de nosotros, intentando hacer nuestra pequeña revolución, prescindiendo de quienes se han corrompido para montar este tinglado. No va a ser fácil. Todos tenemos nuestros intereses, nuestro nivel de vida, y cosas que perder y ganar.

¿Está hablando de España o en general? De España. Tenemos un problema profundo que viene de muy lejos y que no se debe a las finanzas. No son las finanzas lo que se debe reconstruir, sino nuestra posición moral ante la vida. Aquí, hasta hace cuatro días comprábamos bulas papales para ser corruptos y cometer delitos, y no pasa nada, porque si tengo dinero me pago el perdón de quien sea, me compro a mis vecinos si hace falta. Si no empezamos a pensar que los límites de nuestra libertad terminan donde empieza la de los demás, y en algo tan básico y teóricamente cristiano como en no hacerles a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros mismos, es imposible. Todo comienza y termina por ahí, con esas enseñanzas. Sin esos axiomas no se puede construir una sociedad responsable y competente a largo plazo.

La Entrevista: Patricia Alonso (geriatra y directiva de la AFEM)

«HAN SIDO DOS MESES PARA TOMAR CONCIENCIA DE NUESTRAS FUERZAS Y CONOCER AL CONTRINCANTE»
– La valoración de dos meses de luchas y huelgas de médicos y personal sanitario
– Las nuevas exigencias, una vez sancionado y puesto en marcha el Plan de Sostenibilidad
– Los pasos a seguir a partir de ahora

Ni el frío, ni la niebla, ni la resaca de Reyes, ni el comienzo de las rebajas. Nada frena a la “marea blanca” en defensa de la Sanidad Pública, que ayer volvió a copar las calles madrileñas, porque pese a que el Gobierno de la Comunidad ya puso en marcha su Plan de Sostenibilidad, que incluye la privatización de la gestión de varios hospitales y centros de salud, el personal sanitario no quiere dar el brazo a torcer.

“Estas dos semanas sin actividad nos han servido para hacer el duelo y asumir la derrota porque no pudimos evitar la sanción de la ley. Pero lo hemos hecho sintiendo que hemos perdido una batalla dentro de una guerra mucho más larga”. Patricia Alonso Fernández es geriatra del Hospital Infanta Leonor, y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), el verdadero motor de la mayor parte de movilizaciones y, sobre todo, de la huelga de cuatro semanas llevada a cabo por los médicos madrileños.

Patricia Alonso Fernández

Patricia Alonso Fernández

Cualquiera podía pensar que, una vez sancionada la ley, las “mareas blancas” se habían acabado. Pero está claro que no, y que el año empieza como terminó el anterior. ¿Me lo puede explicar? Es sencillo. En estos dos meses de lucha hemos tomado conciencia de la fuerza que tenemos como colectivo y de nuestro enorme grado de responsabilidad social. Eso nos hace asumir que 2013 será un año duro, que afrontamos con mucha ilusión y mucha fuerza.

Pero no pudieron torcerle el brazo al Gobierno de Madrid… Ya, y entiendo que pueda parecer que hemos perdido una batalla. Pero nos sentimos muy fuertes porque esto ha valido para despertar un sentimiento que estaba muy adormecido.

¿Qué evaluación han hecho de lo ocurrido en estos meses? Nos ha valido para abrir los ojos. Teóricamente ha habido un diálogo, una negociación, pero no ha sido verdad, porque estoy segura que si hubiera existido un proceso de ese tipo habríamos llegado a un buen entendimiento. Estas dos semanas de reflexión nos sirvieron para darnos cuenta que no hubo nada de eso, sino una imposición. Han aprobado su ley frente a las movilizaciones multitudinarias y todas las medidas de presión efectuadas.

¿No era una postura que se podía suponer de antemano? Para nosotros fue una sorpresa. Cuando hemos ido a todas las mesas de negociación a las que nos han llamado lo hicimos con el firme propósito de dialogar creyendo que había algo que negociar, pero resulta que no había negociación posible y lo que nos dijeron el primer día desde la Consejería de Sanidad: que ellos no iban a quitar las leyes que permiten privatizar los centros ni a modificar la ley de acompañamiento, era exactamente así.

Es decir, que no habían medido con certeza la fuerza del “enemigo”. Sí, aunque en teoría no es un enemigo, porque todos deberíamos estar trabajando para lo mismo, pero digamos que esa falta de diálogo nos hace ver cómo de fuertes y de empeñados están al otro lado de la mesa. La Consejería está firme y sospechamos que es porque sus intereses son diferentes a los nuestros.

¿Y además de procesar el duelo han establecido dónde estuvieron los fallos propios para no alcanzar el objetivo de evitar la sanción de la ley? No quiero que se me malinterprete, pero sinceramente no creo que nosotros hayamos fallado. Sí es cierto que no hemos sido capaces de ver que por la otra parte no había ninguna voluntad de negociación. Por decirlo de alguna forma, esto es un régimen dictatorial encubierto en un sistema democrático. Ellos han asumido que tienen la mayoría absoluta y como esto les permite legislar de la manera que quieren, no dialogan. Los dos meses de lucha nos han servido para conocer al contrincante. Y eso también es importante.

¿Cómo se valora la implicación de la población madrileña? ¿No ha faltado tal vez un apoyo más elocuente de los habitantes de la Comunidad? Es cierto que en manifestaciones como estas tiendes a sobrevalorar la energía, pero creo que los pacientes, que el vecino de Madrid en general, nos ha apoyado mucho en todas y cada una de las actuaciones. Han venido a las marchas; las asociaciones de vecinos nos han prestado ayuda incluso logística y se han reunido con gran parte de los centros de salud; hemos hecho ruedas de prensa conjuntas con las asociaciones de pacientes… Es cierto que resulta muy difícil llegar a todo el mundo porque la información está muy manipulada, y hay mucha gente que no termina de saber por qué nos estamos movilizando y sigue pensando que detrás de esto hay intereses personales. Pero nuestra sensación es que cada vez hemos ido llegando a más gente.

la foto(3)Los silbatos, las cornetas y los cánticos siguen resonando en un intento por disimular el mediodía gélido. Frente a la sede de la Comunidad en la Puerta del Sol, como siempre protegida por decenas de policías, Patricia Alonso se abriga la cabeza con un gorro de piel, y una bandera de la AFEM cubre la espalda de su bata blanca.

Muy bien. El diagnóstico de la situación ya lo tienen, pero el tratamiento empleado hasta ahora no ha funcionado ¿Cómo piensan seguir? Creemos que si el Gobierno de la Comunidad de Madrid quiere de verdad poner en marcha medidas de austeridad económica tiene que contar indudablemente con los profesionales sanitarios. Ahora nos han convocado a una reunión para mañana, día 9, e iremos, pero lo que ha cambiado es el marco de diálogo. Ellos ya han aprobado su Plan y la habilitación para privatizar, y de hecho ya lo han puesto en marcha al despedir a muchos eventuales, con lo que esto conlleva en el nivel de calidad de atención, porque en muchos casos estos “eventuales” llevaban diez o doce años trabajando en sus centros. Nosotros lo que queremos ahora es establecer mecanismos que permitan transferir determinadas herramientas de gestión para que los profesionales volvamos a ser parte de la gestión de los centros sanitarios. Si no es así no se van a resolver las bolsas de ineficiencia. Lo que se hará es tapar pequeños agujeros.

¿Y acaso no participaban hasta ahora en esa gestión? ¿No ha habido cierta dejadez del colectivo médico en ese sentido? No participamos pero no porque no hayamos querido. Lo que ha pasado es que poco a poco se nos ha ido desplazando del sistema. Y no solo a nosotros sino a los propios gestores de los hospitales y de los centros sanitarios. Hasta el punto de que ahora mismo todas las decisiones sanitarias se toman desde la Consejería. Los gerentes de los hospitales, por ejemplo, no tienen ninguna capacidad decisoria sobre los centros que dirigen. Todo está absolutamente verticalizado, y de esa manera han decapitado a los centros. Lo que pedimos a la Consejería es que se los vuelva a dotar de capacidad de gestión, porque estructuras tan verticales en profesiones como las nuestras están obsoletas. La Consejería debería saber que el máximo capital que tiene es el humano, es la capacidad científica de los profesionales.

No entiendo. Por un lado piden participar en la gestión, pero por otro hay dimisiones en masa. Si realmente la Consejería cree que no tenemos la capacidad de hacer viables estos centros de salud, si los directores entienden que sus figuras no sirven para nada y hay que sustituirlos por agentes externos, lo que harán es decir que no cuenten con ellos en el momento que salga publicado el primer pliego de privatización. Es casi un insulto: usted no sirve y voy a contratar a un gestor privado. Lo mismo ocurre con las gerencias de los hospitales, que son puestos de confianza de la Consejería; no están elegidos por los propios compañeros, como en los centros de salud. Las cabezas de los hospitales también deberían dimitir, como los directores de los centros de salud y las juntas técnico-asistencias o las comisiones clínicas.

Pero es que así no participarán en la gestión. Ya, pero realmente no tenemos muchas otras fórmulas para decirle a la Consejería que cuente con nosotros. Cuando uno entra a formar parte de una comisión clínica lo saca de su tiempo de trabajo. Nadie te recorta una consulta porque te tengas que ir a una comisión, no eres liberado de nada, y si tienes que elaborar un protocolo lo haces en casa. Si ellos me están diciendo que este trabajo que hago en casa para preparar proyectos para que el hospital funcione mejor no le sirve de nada, que son bolsas de ineficiencia y quiere meter un agente externo, pues muy bien.

IMG_8284Vale. Pero de acuerdo a esto, si la Consejería tiene decidido que le da igual el trabajo de las comisiones clínicas, la dimisión de estas comisiones tampoco le va a hacer demasiada mella. Pero entonces tendrán que decir públicamente que no les importa, como lo hizo González cuando se enteró de la dimisión de los directores de los centros de salud. En ese momento, dijo que eran bienvenidas y que encontrará otros tantos profesionales para formarlas. Vamos a ver si los encuentra. No sé si son realmente conscientes de lo que les va a suponer la pérdida de todo este trabajo que se está haciendo de forma altruista y sin ningún tipo de reconocimiento. Creo que no, y es un problema que uno en su propia casa no sepa lo que significa que se le rompa un elemento de uso cotidiano.

La Consejería, y más gente, les acusa de no querer cambiar nada, de que pretenden dejar todo como está. Eso no es así. Nosotros queremos forjar un cambio en un sistema que es muy bueno, que es barato, que tiene calidad demostrada no solo por las encuestas sino a nivel internacional, y que es sostenible. Porque lo es. No cabe en ninguna cabeza que le demos un sistema muy bueno a una empresa privada para que lo haga igual de sostenible con la misma calidad y encima con mejores números. Si una empresa privada lo puede hacer –que tenemos nuestras dudas de que vaya a mantener la misma calidad- quién dice que no vayamos a poder hacerlo nosotros. Pero para eso tienen que dejarnos tomar parte del proceso, si no es imposible.

Y al margen de las dimisiones, ¿qué otras medidas se plantean para ser insumisos o trabar el funcionamiento del nuevo Plan? Desarrollar comisiones para vigilar sobre todo las cosas que han salido a la luz a lo largo de estos dos meses. Por ejemplo, el problema de las derivaciones o de pruebas que no se están realizando en su justa medida.

¿A qué se refiere? Ahora mismo se están haciendo muchas derivaciones a los centros privados. Son los casos de pacientes que deben ser intervenidos en centros públicos a los que se les llama ofreciéndoles que se las hagan en centros privados. Se les dice que si no aceptan saltarán del lugar de la lista de espera y habrá que reprogramarlos para mucho más adelante, cuando en realidad no es así y los centros donde se tratan no tienen conocimiento de estos cambios. Nosotros ni siquiera sabíamos que estaban pasando este tipo de cosas. Y lo que no haremos ahora que somos conscientes es mirar para otro lado. Y además, también intentaremos llevar los pliegos [de privatización] a la vía judicial hasta donde sea posible. Vamos a seguir utilizando todas las medidas a nuestro alcance, tanto legales como de presión, porque estamos convencidos de que esto no puede seguir por este camino.

¿Huelgas incluidas? Huelgas incluidas. No es un fin, es la medida de presión que menos nos gusta. Nosotros no hemos hecho una huelga como la de estos meses en décadas, y sin embargo, entendemos que si es necesario, es una medida de presión más. Y no la descartamos.